El compositor y su obra

Publicado en por Ramón Roldán Samiñán

EL COMPOSITOR Y SU OBRA

 

Figure 1 Ramón        Ramón Roldán Samiñán

Imagen 1.

 

 

Nací en Ceuta en el año 1954 y comencé muy pronto, a los seis años los estudios de música; se puede decir que casi toda la carrera de piano la hice sin contar con la ayuda de profesores que marcarán mis estudios de juventud; es por ello que me siento bastante autodidacta. A los 15 años terminé la carrera de piano como estudiante libre en Sevilla y me marché a Madrid para seguir los estudios superiores de composición.

Desde muy joven sentía una gran afición por escribir música, y de hecho guardo como curiosidad todas las piezas que componía y que yo mismo encuadernaba con mucho cuidado y casi devoción. La atracción o el interés por la composición me llegó muy joven, y aunque algún profesor particular me hizo sufrir un poco la enseñanza de la Armonía de una manera poco creativa, yo intuía que aquello debía ser mucho más interesante que lo que me intentaban enseñar.

Aquella época de Madrid fue una bella etapa de mi vida. Allí fui alumno del profesor de Contrapunto y Fuga Francisco Calés, y de los profesores de Composición Román Alís, y Antón García Abril. Sin duda las clases con García Abril son las que recuerdo con mayor cariño y donde aprendí sobre todo las formas en las que se desenvolvía un gran profesor como es Antón. Siendo alumno del Conservatorio de Madrid escribí una Sonatina para piano y algunas canciones para voz y piano. Alguna de estas obras se estrenó mucho más tarde en algún ciclo de música de Málaga.

Después de esta época en Madrid, volví a Andalucía, a Málaga, y desde entonces vivo aquí; por esto me siento un adoptado o adoptivo de Málaga. Sin duda, esta ciudad es para mí la más querida, y la que me ha dado todo.

Se produce en este momento, hablo de una edad de 20 años, una laguna o interrupción en mi actividad musical porque me dedico durante varios años a terminar los estudios de Ingeniería Técnica y luego a lo que se llamaba la “mili”.

Imagen 2. Año 1968.   Conservatorio de Ceuta

 

 

Esta época de casi cuatro años, que podría pensarse como una pérdida de tiempo, sirvió por el contrario para sedimentar los conocimientos y las experiencias recogidas años atrás; las enseñanzas que aparecían oscuras y complejas cuando las estudiaba se volvieron claras y de alguna manera todo empezaba a tener sentido. Además volví a tener un fuerte impulso por la creación y por la composición.

Lo que terminó por llevarme por el camino que yo siempre había deseado fue la de empezar a trabajar en la música; en el año 1980 entré como profesor de lenguaje musical en el aula de extensión de Ronda. Eran aulas que trataban de llevar la enseñanza de la música más allá de las propias aulas del Conservatorio, y que con el tiempo se fueron transformando en otros Conservatorios, algunos elementales y otros medios.

 

Del año 1981 es el Concierto Posterior, obra encargada y estrenada por la Orquesta Sinfónica de Málaga, que tuvo cierta repercusión en los círculos musicales malagueños. Sobre este concierto, Gonzalo Martín Tenllado dice: “es una obra de estética contemporánea donde se observa un despliegue armónico partiendo de una serie de acordes que son sometidos a múltiples transformaciones. Este desarrollo presta a la composición cohesión y unidad, al mismo tiempo que le dota de una estructura sonora con diferentes y contrapuestas dinámicas. La idea melódica está pensada para que adquiera relevante protagonismo, utilizando una orquestación en la que los instrumentos aparecen con destacados solos dentro de una plantilla orquestal típicamente romántica”.

El crítico del diario Sur de Málaga dice en su estreno: “el concierto se oye con satisfacción, se ve un buen trabajo orquestal con destellos brillantes, bien acogidos por el auditorio. Además, por encima de todo queda patente la voluntad de creación de un joven músico al que saludamos y alentamos para que prosiga su tarea creadora en la que le deseamos los mayores éxitos”.

 

A partir de este estreno, comienza mi actividad en los ciclos más representativos de música contemporánea andaluza. Son unos años de gran actividad intentando incluso la creación de conciertos y ciclos en Málaga para llegar a ver el estreno de nuestras obras.

En uno de estos primeros ciclos de música contemporánea en Málaga se estrena “Variaciones líricas” para piano, una de mis obras más queridas y que estrenó la pianista catalana Liliana Maffiote. En las notas del estreno se decía: “se trata de una obra con una larga elaboración terminada en Septiembre de 1982. En el título está condensado todo el contenido de la obra, tanto en la forma como en el espíritu que la mueve. Las variaciones en su sentido clásico elaboran y desarrollan un tema, modificando su contenido en sus diferentes aspectos de ritmo, melodía, armonía y contrapunto. En esta pieza, la variación es más libre y consiste en la extracción del contenido en su estado más puro y casi anímico. Fluye sobre la base de una idea que la mantiene, aunque sus contornos queden difuminados y pueden incluso perderse. El adjetivo lírico se puede entender perfectamente en la audición de la obra. En su estreno alguien dijo que al escucharla podía saborearse el clima del Mediterráneo junto al gemido doliente del pueblo andaluz.

A partir de esta obra puede quizás entreverse las características propias de mi estilo de composición. Podría definirse como una música que ante todo quiere ser una expresión y una comunicación con el que escucha; para dicho fin, el autor hace uso de los elementos que la música le ofrece en su conjunto de una manera objetiva y muy directa para conseguir sus fines. La melodía, el contrapunto, la armonía y el ritmo son elementos que se manejan con total libertad, y siempre tratando de permanecer dentro de un lenguaje actual, aunque sin preocupaciones por la vanguardia o la experimentación.

 

Imagen 3. En la Fundación Juan March

 

 

En el año 1984, soy elegido para la Tribuna de Jóvenes Compositores de la Fundación Juan March con la obra Diálogos, escrita para contrabajo y piano. La obra fue escrita en el año 1982. La obra se estrenó en Madrid, en la sala de la Fundación por los intérpretes Joaquín Alda y Elena Barrientos.

En primer lugar habría que hacer notar el interés en situar como instrumento solista al contrabajo, sobre el que no existe demasiada literatura escrita.

Diálogos es una obra de transición en la búsqueda de un lenguaje personal. Existen fragmentos realizados en una escritura bastante tradicional; así, en los primeros compases aparece una idea musical que a lo largo de la obra resonará con cierta insistencia. Rápidamente, los pasajes escritos en lenguaje aleatorio aparecen, se alternan con la idea primera y finalmente se adueñan del discurso musical. El contraste rítmico, la alternancia entre la sensualidad y la brusquedad, la improvisación a cargo del intérprete, etc., son algunas características de la obra. Al final vuelven a resonar los primeros compases a modo de coda. Siempre la preocupación por la forma.

Algunas críticas que se dijeron en su estreno fueron:

·         Se multiplican hasta lo inverosímil las especulaciones tímbricas, algunas ciertamente originales (La Vanguardia).

·         Un buen sentido lúdico de la música (Diario 16).

·         Es una página que empieza bien, con una sonoridad atractiva y refinada (Radio Madrid).

 

La Sonata para piano, compuesta posteriormente recoge y desarrolla algunos ecos no apagados de los “Diálogos”.

La Sonata fue escrita en 1983 y se estreno mucho más tarde, en un ciclo de música contemporánea en el año 1994 por Magdalena Muñoz. Recientemente la obra ha sido propuesta como obra obligada para décimo curso de piano en el Conservatorio Superior de Música de Málaga durante el curso 2000-2001.

La obra está basada en una serie de 12 sonidos, aunque el tratamiento es libre. Por ello, la búsqueda de la serie en ciertas partes de la obra puede ser algo de poca importancia.

Interesa sobre todo el tratamiento formal y la unidad que puede proporcionar el disponer de un grupo de sonidos sobre los que construir los distintos temas de la obra.

La obra se compone en un solo movimiento, aunque dentro de este único movimiento se dibujan distintas partes con distinto carácter; estas partes o secciones substituyen a los movimientos tradicionales en un esquema clásico de Sonata.

Formalmente se compone en primer lugar de una exposición, dentro de la cual se dibujan los dos temas A y B de la sonata. Posteriormente aparece un desarrollo que elabora los materiales anteriores. Un puente posterior da paso a un pasaje con base a un aire de danza. Rematan la obra un lento y un vivo final a modo de recapitulación final.

 

En el año 1985 mi obra Encuentro es premiada por la Asociación Musicians Accord de Nueva York. La obra para voz y piano está tratada sobre un texto del propio compositor. La aceptación del premio me permitió la asistencia a su estreno que se celebró en el Carnegie Recital Hall de Nueva York en Marzo de 1985.

La obra fue escrita en 1983  supone un viejo proyecto, el de dar forma a ciertos recuerdos de la niñez, recuerdos borrosos y confusos, como fantasmas del pasado.

El exilio forzoso que supone la madurez en el hombre puede dejar mares de sentimientos pasados que se borran lentamente y no podemos sujetarlos. El autor se siente arrancado de repente de una vida en la que siempre hubiera querido permanecer, para ser colocado ante algo desconocido y sin sentido. Pareciera como si veinte años de mi vida me hubieran sido arrancados y no pudiera sujetarlos. ¡Cuántas y largas horas llenan nuestra niñez y qué poco los recuerdos!

La obra fue estrenada por Cristine Schadeberg y la pianista Elizabeth Rodgers.

 

De aquella época es la obra Inter-relaciones. La obra se compuso en 1984 y fue estrenada por el Cuarteto Español de Saxofones ese mismo año durante la celebración del III Ciclo de Música Contemporánea Andaluza, en el salón de actos de la Facultad de Filosofía y Letras de Málaga.

La obra, escrita para cuarteto de saxos, presenta procedimientos de tipo contrapuntístico e imitativo que nos recuerdan la típica textura barroca de la Fuga. Estos procedimientos conviven con otros de tipo flexible y aleatorio. Así, en algunos momentos de la obra aparecen pasajes con un fuerte grado de libertad rítmica, lo que dará como resultado una polifonía siempre distinta y aproximada en la interpretación; en otros momentos, los intérpretes deben elegir entre diferentes opciones presentadas por el compositor a la hora de establecer la melodía, lo cual configura la sonoridad final. Estas opciones se presentan en la partitura por medio de grupos numerados, los cuales debe ordenar libremente el intérprete.

La obra fue grabada en disco compacto por el Cuarteto de Saxofones “Milereau” como primer premio en la Muestra de Jóvenes Intérpretes Ciudad de Málaga 2000-2001.

 

Recitado a dos es otra obra dedicada al saxofón y que ha sido bastante apreciada por los intérpretes de dicho instrumento.

Fue escrita en 1986 para piano y saxofón alto. El estreno se celebró en Toledo con Manuel Miján y Sebastián Mariné el mismo año.

 

El Concierto para piano y Orquesta de cuerda es del año 1985. Fue estrenado con la asistencia de la Reina de España en el 36º Festival Internacional de Música y Danza de Granada, con Alfredo Gil y la Orquesta de Cámara de Tolbuhin.

La denominación de “Concierto” hace referencia principalmente a un tipo de obra en la cual se superponen y articulan dos bloques de distinta naturaleza como son, piano de una parte y orquesta de cuerda por otro.

Partiendo de esa característica concertante, la pieza se estructura en un solo tiempo, con una utilización de materiales basados prácticamente en una sola idea, lo que llamamos “monotematismo”, y desarrollándose a grandes rasgos como “exposición”, “desarrollo” y “recapitulación”.

La parte pianística supone una verdadera profundización y desarrollo de obras anteriores dedicadas al piano como pueden ser “Variaciones Líricas”, “Caracteres” e incluso “Sonata”. Existen secciones donde queda patente sobre todo el sentido virtuosístico junto a otras de un mayor calor lírico a las cuales el piano se adapta perfectamente.

La cuerda es siempre tratada como un gran bloque sonoro; se realiza un trabajo de investigación consistente en conseguir dicho bloque sonoro mediante la adición de numerosas partes con tratamiento solístico; en otras palabras, se trata de conseguir una gran masa sonora de la cuerda sin realizaciones al unísono.

Para terminar con esta breve descripción del concierto podríamos indicar la existencia de una gran cadencia inmediatamente antes de la recapitulación, desarrollada en el piano mientras los ejecutantes de cuerda se incorporan uno a uno, en un proceso aleatorio de adición o yuxtaposición, que finalmente se adueña del discurso; finalizan todos en un gran clímax sonoro.

 

Este año 1985 es el de las Oposiciones a la Cátedra de Composición. El aprobar dicha oposición me obligaría a marchar durante un año a Córdoba. De mi estancia en el Conservatorio de Córdoba solo tengo buenos recuerdos. De lo que no tengo duda alguna, es que mi labor como profesor de composición desde ese tiempo, ha debido marcar mi actitud ante la faceta de compositor de alguna manera. Creo que el trabajo de profesor te hace ser más reflexivo y te obliga a plantearte muchas preguntas, y que además debes contestarlas. El alumno así te lo demanda.

 

Imagen 4.   Trío In Tempore

 

En 1989 se estrena el Concierto para clarinete, cuerda y percusión, con la Orquesta Sinfónica de Málaga.

La partitura está dedicada al notable clarinetista malagueño José María Puyana, que fue el encargado de su estreno.

El Concierto está trazado con una clara preocupación por la forma. Por ello, aunque consta de un solo tiempo, se sugiere una distribución interior tradicional: Primer tiempo, Scherzo, Lento y Final.

En la orquestación queda eliminado todo el viento a excepción del clarinete solista. La percusión tiene una función rítmica a la vez que es utilizada para introducir elementos de color. La cuerda está tratada en largas secciones de carácter percusivo, como por ejemplo en largos trémolos paralelos a los de la percusión. No obstante, existen un par de pasajes de transición en la obra en los que la cuerda cobra un papel más lírico mediante texturas muy contrapuntísticas.

La parte del clarinete solista tiene gran dificultad técnica, con pasajes de acusado virtuosismo. En todas sus largas intervenciones se establece una especie de lucha con la masa sonora que supone el bloque de cuerda y percusión.

 

Un año después se estrena la Sinfonía Paráfrasis, por la Orquesta Ciudad de Málaga con la dirección de Octav Calleya.

Es una obra ligada en algún sentido a las formas tradicionales. Su estructura en cuatro movimientos (Comienzo, Intermedio, Lento y Final) concuerda con la sinfonía clásica. El título responde a la intención de parafrasear la obra de ciertos compositores que pueden ser considerados clásicos del siglo XX (Hindemith, Bartók, etc.).

El material temático que se expone al principio (en los dos primeros compases) inunda toda la obra, ya que los temas de cada uno de los movimientos nacen a partir de motivos pertenecientes a los compases iniciales.

El Comienzo, muy contrapuntístico y serio, contrasta con el carácter de Scherzo que tiene el Intermedio. En este segundo movimiento aparece un Coral, trazado a partir de una melodía original que también se oye al final, cuyas características expresivas se oponen a las de los pellizcados de las cuerdas. El Lento es una página muy cantable en la que, con ausencia de los metales, queda muy claramente resaltado un tema. La sonoridad se refuerza en el Final, cuyo tiempo es también muy rápido.

 

En 1992, la Orquesta Ciudad de Málaga, se presenta en el Auditorio Nacional de España, en la temporada de conciertos de la Orquesta y Coros Nacionales de España. Una de las obras es Tres piezas para Orquesta que dirigió Octav Calleya.

Se trata de tres piezas en forma de divertimento donde se pretende ante todo, el lucimiento de la orquesta en una obra de tipo lúdico y divertida.

La primera pieza, de movimiento rápido, parte de un material melódico y rítmico que es expuesto en primer lugar por la cuerda en pizzicato, y luego es asignado al resto de las familias instrumentales.

La segunda pieza es un intermedio de carácter lírico, en movimiento lento y tejido contrapuntístico.

La última pieza es una marcha, en ritmo binario, que trata de ser alegre y despreocupada, directa y sin pretensiones.

El lenguaje resulta claro, sin enigmas, con un tratamiento brillante de la orquestación, lo que permite el lucimiento del conjunto sinfónico.

 

Este mismo año fui premiado en Segorbe, en el concurso Coral Juan Bautista Comes. La obra premiada fue O salutaris, y se estrenó en un bello acto celebrado en la Catedral de Segorbe.

 

Una obra importante de aquella época es Aproximación al cante, obra de encargo del Ilustre Colegio de Abogados de Málaga; fue estrenada por la Camerata Mediterránea de Málaga.

En esta obra traté de introducirme de manera plena en el campo de la música popular, y al igual que han hecho otro compositores, acercar la canción popular al lenguaje de la música contemporánea. La obra está basada en tres canciones andaluzas.

Se trata de una Suite de Cámara, con participación de flauta, clarinete, piano, guitarra, violín, viola y violonchelo. Cada una de las canciones tiene un desarrollo en cinco movimientos que se denominan: Introducción, Aproximación, Intermedio, Cante y Recuerdo. La obra completa consta por tanto de 15 movimientos, y la orquestación es variada, con aparición de solos, dúos, tríos, hasta llegar al grupo completo. Casi siempre los movimientos resultan monotemáticos, y se hace uso sobre todo de la técnica de la variación.

 

El Libro de los Salmos es una obra escrita para dos pianos, percusión, barítono y coro, estrenada en el II Ciclo de Música Contemporánea de Málaga, en la Sala del antiguo Conservatorio Reina María Cristina. La obra se estrenó en el año 1995.

Esta obra nació de mi fascinación por la cultura y el espíritu medieval, elementos que habrían de fructificar en la creación del Canto Gregoriano. La obra se inspira en los textos bíblicos y elige seis salmos para los seis movimientos de la obra.

La obra fue un gran éxito en su estreno y obligó a repetir el último movimiento. El director en aquel momento era Francisco de Gálvez.

Imagen 5.  Con Achúcarro

 

El Concierto para violonchelo y orquesta es otro momento importante en mi carrera. Fue estrenado en 1996 por el violonchelista Alvaro Campos y la Orquesta Ciudad de Málaga. El director era Arturo Tamayo.

El Concierto fue escrito en 1995. Tiene una estructura en dos movimientos que a su vez se subdividen en dos partes contrastantes cada uno.

En el primer movimiento aparece originalmente una idea de tiempo moderado, en compás de 3/8; luego el tiempo se hace más rápido, y sobre el mismo compás se escucha una nueva idea que nace de la anterior.

El segundo movimiento plantea un tiempo lento en compás de 4/4 de una gran carga lírica; más tarde, un cambio de compás a 2/4 nos conduce a un aire más rápido.

A lo largo de toda la obra se vislumbra la intención de mezclar y concertar una escritura medida con otra más libre, e incluso una sonoridad atonal frente a otra claramente tonal o de una concepción menos disonante.

La concepción del concierto se acerca casi siempre a la idea de una sinfonía con solista obligado, más que al planteamiento tradicional de un solista hegemónico con acompañamiento de orquesta.

 

Quizás una de las obras más conocidas y que más alegrías me ha supuesto es el Concierto de cámara, para piano y orquesta de cuerda.

La obra fue estrenada por Juan Ignacio Fernández y la Orquesta de Cámara Ciudad de Málaga en el año 1999 en la V Semana de Música Contemporánea que organiza la Orquesta Ciudad de Málaga.

Se trata de un Concierto pensado para piano solista y una orquesta reducida de cuerda. Aparece dividido en dos tiempos que se subdividen también en dos.

En el primer movimiento aparece un Allegro en compás binario, muy contrapuntístico, el cual presenta el material melódico del que se nutre toda la obra. Le sigue una especie de Scherzo en compás de 3/8 que se construye sobre materiales que ya han aparecido anteriormente.

El segundo movimiento se compone de un Lento, de corte amable y cantable; cierra la obra una especie de reexposición abreviada de todo lo anterior.

Dos ideas básicas laten desde el principio; en primer lugar la de establecer un equilibrio real y práctico entre los dos mundos que suponen el piano y la orquesta, sin que ninguno de ellos tenga preponderancia sobre el otro. En segundo lugar, la de establecer fuertes contrastes de lenguaje en diversos pasajes de la obra. En el estilo siempre atonal de la música de nuestro tiempo, la aparición de una sonoridad más tonal, supone un fuerte cambio de clima, un cambio radical que se hace muy evidente en algunos momentos de la obra.

La obra fue grabada en disco compacto durante la propia realización del concierto. Para el pianista fue importantísimo el verse obligado a realizar un bis, después del gran éxito que se obtuvo del concierto.

 

Un poco antes de esta fecha, la Junta de Andalucía me realiza el encargo de una obra para orquesta en el Centenario de la muerte de Federico García Lorca. Fruto de ese encargo es la obra Recreación, obra que estrenó la Orquesta Ciudad de Málaga bajo la dirección de Francisco de Gálvez, en otra semana de Música Contemporánea celebrada en Málaga.

La obra ha sido grabada en disco compacto por la Orquesta Ciudad de Málaga.

De Recreación hay que decir que, a pesar que desde siempre la música ha formado parte integrante de mi persona, existe en mí una predilección especial por la literatura, y particularmente por la poesía.

Recreación podría haberse llamado igualmente Música para después de una lectura de Lorca. La obra nace de la evocación que tiene lugar después del contacto con el hecho artístico. Siempre quedan en los sentidos sonidos, ideas, que son nuevamente saboreados y recreados, en un proceso, a veces, incluso más bello que el propio hecho artístico. La lectura de la poesía de Lorca es bella y evocadora cuando se lee; pero después deja un profundo sabor en nuestra mente, y entramos en el proceso de la recreación del mundo fascinante del poeta.

La obra se relaciona especialmente con alguno de los poemas más profundos del autor.

“Yo sé que mi perfil será tranquilo”, se nos presenta como un epitafio donde se agrupa la resignación después de la muerte, la libertad de las pasiones de la vida, quizás el olvido. El poeta está convencido de que la muerte no es algo espantoso, el cuerpo yace tranquilo y ello ahuyenta sus miedos. La muerte supone un “libre signo de normas oprimidas”, un ser liberado de las leyes que le son impuestas por la vida cotidiana y que se une a otras almas en las cuales el sufrimiento dejó su huella:

 

                                    libre signo de normas oprimidas

                                    seré en el cuello, yerta rama

                                    y en el sinfín de dalias doloridas.

 

Algunas de las melodías que se dibujan en la obra nacen de alguno de sus textos. Por ejemplo de Remansillo (“Me miré en tus ojos”); de Tarde (“Tarde lluviosa de gris cansado”).

Formalmente la obra se presenta en una estructura ternaria.

En una primera fase que podríamos llamar de exposición aparece el material principal de la obra, y es aquí donde se dibujan veladamente estas melodías que comentábamos anteriormente. El clima de la obra en este punto es bastante gris, participando quizás de los esotérico y reservado que caracteriza la producción literaria en la última época del autor, si bien el tema de la muerte constituye una estela que va dejando tras de sí en toda su obra.

En la sección intermedia, la música buscará en algún momento lo amable, el color menos oscuro de Lorca. Resuena una música de esperanza y de búsqueda de la belleza, quizás los momentos de amor del poeta.

La última sección se relaciona íntimamente con la primera. Al final, los sonidos de la percusión quedarán sonando a modo de golpes secos de la conciencia.

 

Imagen 6.  Recogiendo algún Premio

 

En el año 2000, el Conservatorio Superior de Música realizó la grabación de un disco que incluía dos de mis obras más queridas, las Variaciones Líricas para piano, y la Sonata para clarinete y piano. En este proyecto colaboraron además de otros músicos, José María Puyana y Juan Jesús Peralta.

 

En el año 2001 tuve la suerte de ser premiado en el Primer Concurso de Composición Eduardo Ocón que patrocina la Excelentísima Diputación Provincial de Málaga. La obra que presenté se llama La ciudad Imaginaria, y es una obra para orquesta sinfónica basada en el Diablo Cojuelo de Luis Vélez de Guevara. La obra narra las aventuras de un tal don Cleofás, que por obra de un diablo, es capaz de levantar los techos de las casas de la ciudad y descubrir el interior. En sus palabras: “levantando los techos de los edificios, por arte diabólica, se descubrió la carne del pastelón”.

 

Para terminar me gustaría solamente comentar un encargo de este mismo año de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía.

Consiste en la composición de una obra para orquesta, pero que se enmarca dentro de los conciertos de tipo familiar. La obra se titula El canto de los niños y está pensada para la colaboración entre una orquesta profesional junto con estudiantes de cuerda de grado elemental y medio. En este sentido la orquestación propone un grupo de concertino formado de violines primeros, violines segundos, violas, violonchelos y contrabajos, que se enfrenta al gran tutti.

La obra será estrenada próximamente por la Orquesta Ciudad de Granada, y está basada en unos versos de Antonio Machado que dicen:

 

Yo escucho los cantos/ de viejas cadencias/ que los niños cantan/ cuando en corro juegan/ y vierten en coro/ sus almas que sueñan/ cual vierten sus aguas/ las fuentes de piedra.

Muchas gracias.

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D
<br /> Es un placer leer algo sobre tu maestro. Espero que siga vivo este espacio y que nos ilumine a todos los que estamos aprendiendo de ti. Un saludo, Ramón.<br /> <br /> <br />
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